Contaminación Visual
Un problema ambiental, pudiera
decirse que el más grave que nos afecta como sociedad, es la contaminación,
misma que es producida por un desequilibrio en el medio ambiente. En cualquiera
de sus vertientes, provoca daños a la naturaleza; la contaminación puede
derivarse de distintas fuentes, ya sean naturales o antropogénicas.
Uno de los tipos de
contaminación, es la visual, que consiste en todo lo que afecta o perturba la
visibilidad, o que rompe la estética de una zona o paisaje, tanto rural como
urbano. Los principales agentes de contaminación visual, son los publicitarios
como carteles de propaganda; así como cables, antenas, postes, chimeneas y
otros elementos no arquitectónicos que por sí solos no contaminan, sino por la
indiscriminada distribución que el hombre les da, les convierte en agresores e
invasores visuales.
Las zonas urbanas son por
supuesto las que presencian una mayor contaminación visual, la mayoría alejada
por completo de paisajes naturales. La influencia de espectaculares es
negativa, tanto como por ser un distractor que puede ocasionar accidentes de
tránsito, así como por la confusión que ocasiona al manipular al hombre en
ciertas decisiones que toma día a día, esto debido a los mensajes subliminales
que contiene. Son estímulos que a través de la vista trastocan en la mente, y
sabemos que contaminación es aquello que perturbe la salud física y mental.
Además de lo mencionado hay otro
tipo de “imágenes” que agreden el sentido de la vista, distorsionando la
belleza arquitectónica, sea cual sea; por ejemplo, en ocasiones la calidez de
una fachada ya sea de un hogar o establecimiento, se desvaloriza e interrumpe
al acompañarse de factores como exceso de basura por los alrededores, cantidad
excesiva de zacate sin cortar, y lo que no puede faltar, aparición de grotescos
murales de grafiti fuera de lugar y de orden. Todos estos descuidos, son
agresores contaminantes que dañan no solo la imagen de un panorama, sino
muestran características desfavorables de la cultura que se maneja. Al
propiciar un escenario desagradable para vivir, acostumbramos a nuestros ojos a
que estos agentes invasores les parezcan cada vez más naturales, por lo cual no
hay una motivación a cambiar de circunstancia, misma que provoca depresión.
Debemos darnos la oportunidad de intentar aminorar estos contaminantes,
a medida que nos sea posible.
Victoria Lizeth Limón Ruiz.
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