martes, 5 de noviembre de 2013

La comodidad tiene un costo



La comodidad... tiene un costo



La sociedad en la actualidad, está acostumbrada a hacer y recibir las cosas con mucha facilidad y gran prontitud, sin complicaciones. Llevamos una vida acelerada, gracias a los avances científicos y tecnológicos, que comenzaron a progresar rápidamente a mediados del siglo pasado.



Aparentemente las generaciones de la tecnología son más felices, relajadas y divertidas, ya que se cree ciegamente en que los resultados del progreso tecnológico es 100 porciento provechoso; se agradece enormemente a dichas innovaciones por hacer las cosas difíciles simples, y ayudarnos en muchas tareas. Pero que tan cierto es lo anterior, valdrá la pena, estar acompañado de múltiples aparatos a nuestro alrededor. Curiosamente poco después de que todos estos cambios en la vida cotidiana del hombre surgieran por estos avances, comenzaron a aumentar los casos de personas que padecían de cáncer.



Entre los aparatos o electrodomésticos que causan más daño se encuentran los ya bien criticados microondas, celulares, las lámparas con iluminación de mercurio, televisiones o pantallas, los despertadores aunque “pasados de moda”, pero que aún se encuentran en muchas habitaciones, computadoras, laptops, teléfonos inalámbricos y el router wifi, estos provocan trastornos del sueño, dolores y fatiga crónicos, déficit cognitivo y enfermedades psicosomáticas. Esto se debe más que nada a la frecuencia con la que son utilizados y a la cercanía o contacto que tenemos con ellos.

                                              



Los niveles de corrientes eléctricas que nos envuelven por todos lados provocan en nuestro organismo sobrecargas, lo que repercute negativamente en nuestro estado de ánimo. Es la constante y excesiva exposición a radiaciones, lo que puede ocasionar problemas de tipo psicológico, además de enfermedades graves como el ya mencionado cáncer, esto se ha podido constatar después de realizar diferentes estudios científicos. 

Algunas medidas preventivas, para evitar estos malestares físicos, pueden ser el disminuir el uso que les damos, pero si esto es resulta muy complicado, podemos por lo menos alejarlos un metro de distancia de nuestra cabeza al dormir. No estar pegado a las computadoras, estar a cierta distancia, como a un brazo aproximadamente. Incluso el estar parado frente a la lavadora y microondas mientras trabajan es perjudicial.

Debemos esforzarnos en combatir la contaminación electromagnética, por nuestra salud.

Victoria Lizeth Limón Ruiz.


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