¿POR QUÉ ES ADICTIVA
LA COMIDA CHATARRA?
Uno podría pensar que
dada la cantidad de información disponible sobre los aspectos negativos de la
comida chatarra, así como de la tasa de obesidad en países como Estados Unidos
y México, la gente pensaría dos veces antes de consumir comida congelada o
hecha en cadenas de comida rápida. Sin embargo estas cadenas se han adelantado
y tienen a la ciencia de su lado: utilizando ingeniería alimenticia avanzada
crean productos que generan adicción en el cuerpo a través de un complejo pero
comprensible proceso.
1. Ingredientes
pilares
La magia detrás de la
comida rápida se debe a un delicado balance entre tres ingredientes que,
juntos, crean esa sensación de “comida que te hace sentir bien”: sal, azúcar y
grasa, como en las hamburguesas, alitas y waffles con fruta.
2. Punto óptimo
El deseo que
desarrollamos por los ingredientes pilares en lo particular se ve potenciado
cuando estos se mezclan en algo llamado “bliss point”, que podría traducirse
como la mezcla óptima de estos tres ingredientes para que nos enganchen sin que
ninguno de los tres predomine.
3. Sensación en la boca
Los ingenieros en
alimentos describen el mouthfeel literalmente como la forma en que la comida se
siente dentro de la boca de una persona; ajustando variables como textura,
humedad, capacidad de crujir o derretirse, es posible producir comida que se
comporte justo como el consumidor desea.
4. Golpe de sabor
La ingeniería
alimentaria también es capaz de manipular el tamaño y forma de los cristales de
sal en la comida rápida, de manera que se produzca un golpe de sabor que tome
por asalto las papilas gustativas hasta saturarlas en un instante.
5. Dispersión de
densidad calórica
La madre de toda la
ciencia detrás de la comida rápida es la dispersión de densidad calórica, que
no es más que el proceso por el que la comida se derrite en la boca de manera
tan rápida que el cerebro cree que está consumiendo menos calorías de las que
realmente entran en el cuerpo.
La dispersión de
densidad calórica también permite hacerle creer al cerebro que todavía no está
satisfecho, por lo que la persona sigue comiendo a pesar de que no necesita
tantas calorías para alimentarse, pues su cerebro es incapaz de hacer que la
persona pare de comer. Esto genera como respuesta el peligro de comer
automáticamente, es decir, seguir comiendo sin pensar en lo que se come, e
incluso sin tener hambre: comer porque la comida te dice que sigas comiéndola.
MARIA DE ROSARIO
MORIN ZAVALA
REBECA LIZBETH RAMOS
SILVA
MAYRA LILIANA
HERNÁNDEZ MORENO
KRISTELA TORRES
ESTRADA
MARIBEL DURÁN
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